Carlos A. Guerrero

romero

Sergio “chiquito” Romero, aquel que fue criticado y resistido antes de este certámen, fue héroe en la definición por penales ante Holanda, tapó dos, y Argentina se convirtió en finalista del Mundial Brasil 2014. En un partido muy cerrado, en los 90 minutos a ambos equipos les había costado encontrar los espacios para desequilibrar en esta semifinal. Hubo una salvada providencial de Mascherano ante Robben a los 91. El suplementario fue igual, aunque en el final de los últimos 15 Palacio y Maxi Rodríguez tuvieron chances claras de abrir el marcador.

En una etapa inicial bastante aburrida, los equipos salieron a estudiarse y ninguno de los dos generó peligro. La primera oportunidad fue un remate desviado de Wesley Sneijder a los 12 minutos. A los 14, un tiro libre de Lionel Messi fue bien contenido por Jasper Cillessen.

A partir de entonces, no hubo demasiada emoción, con Argentina intentando y Holanda agazapada atrás y esperando el momento preciso para atacar.

Holanda mantuvo a Messi contenido en el primer tiempo, pero Argentina atacó con Ezequiel Lavezzi por un extremo y Enzo Pérez se destacó mostrando su despliegue habitual, una marca férrea y buenas proyecciones en ofensiva. Pese a sus intentos, la «Albiceleste» nunca pudo superar a la ordenada zaga naranja.

El equipo holandés, por su parte, apostó al contraataque con Arjen Robben y Sneijder, pero solamente creó peligro buscando a Robin van Persie por arriba.

Las cosas no variaron demasiado en el inicio de la segunda etapa del partido, visto por unas 63.000 personas, salvo por el inicio de una copiosa lluvia. Holanda se paró unos metros más adelante en el terreno pero sin intenciones marcadas de atacar.

Las emociones escasearon y recién a los 81 minutos Marcos Rojo exigió a Cillessen con un remate de media distancia. En el final, el entrenador argentino, Alejandro Sabella, buscó darle más
profundidad al equipo con el ingreso de Rodrigo Palacio y Sergio Agüero por Pérez e Higuaín.

Holanda apretó el acelerador al final, con Robben más movedizo que en el resto del encuentro y con una clara ocasión de gol cerca del final del tiempo reglamentario que Javier Mascherano salvó en un último esfuerzo.

Argentina estaba cada vez más apagada con el correr de los minutos, cediéndole el balón a Holanda y con Messi casi desconectado del juego por largos períodos y sin marcar por tercer partido consecutivo. El público se dio cuenta y comenzó a corear el nombre de su ídolo, como implorando una genialidad que pusiera fin al cerrojo de la zaga naranja.

Robben probó desde lejos a los 98 y su remate fue bien contenido por Romero. En el entretiempo, el aliento de los hinchas argentinos hacia Messi se repitió. Y Argentina finalmente se despertó en el segundo tiempo suplementario, cuando se vio lo más emocionante del encuentro.

Los dos equipos estuvieron cerca de anotar pero no lo lograron. Stefan de Vrij probó desde lejos a los 110, pero desviado, y Palacio tuvo una oportunidad de gol a los 115, pero definió con un cabezazo sin potencia contenido con facilidad por Cillessen.

El recién ingresado Maxi Rodríguez estuvo cerca de anotar dos minutos después, pero Cillessen volvió a sellar su valla.

Ante la igualdad, tuvo lugar la definición con tiros desde el punto penal. Imaginábamos sufrimiento, pero Romero nos dio la tranquilidad desde el inicio: le atajó el remate que abría la serie a Vlarr. Luego convirtió Messi y para Holanda lo hizo Robben. Garay aseguró su remate fuerte al medio y puso el 2 a 1. Ante Sneijder, en el tercer penal, Romero se lució nuevamente y le negó el tanto al holandés. Agüero dejó las cosas 3 a 1 y Kuyt mantuvo con vida al conjunto naranja al meter su tiro. La responsabilidad de meter a Argentina en semis fue de Maxi Rodríguez, fue con suspenso, pateó fuerte, el arquero la tocó, pegó en el travesaño e ingresó en el arco para que nuestra selección obtenga el pase a la final, en la que enfrentará a Alemania.