Carlos A. Guerrero

newells a semis

Tras igualar sin goles en ambos partidos «Xeneizes» y «Leprosos», el equipo de Gerardo Martino se impuso 10 a 9 en la definición por penales y avanzó a semifinales de Copa Libertadores.

Dos argentinos, un boleto a las semifinales de la Copa Libertadores. El 0-0 de la Bombonera habilitaba a Boca a pasar con cualquier empate con goles. El empate en La Boca le daba la chance a Newell’s de quedarse con la llave apenas con un gol. En Rosario, el duelo se planteó desde lo táctico, lo físico, y por último, el juego.

Faltó juego en el Parque de la Independencia. Nadie arriesgaba un centímetro ni hacía una de más.

Ante la falta de ambición de Boca para atacar, rápidamente Gerardo Martino ordenó pasar del 4-3-3 a una línea de 3 en el fondo con Diego Mateo entre los centrales Vergini y Heinze, y soltar a los laterales. Esos tres del fondo tenían superioridad numérica sobre Nicolás Blandi y Juan Román Riquelme, los únicos hombres de ataque de la visita.

En el primer tiempo pasó poco y nada. Newell’s tuvo la pelota y el terreno. Boca intentó sorprender de contra y generar alguna falta cerca del área de Guzmán, pero el local fue muy cuidadoso y no cometió ni una infracción en su campo. En jugadas de riesgo, el local tuvo dos y la visita una. Apenas un tibio cabezazo de Cáceres tras un córner y una corrida de Maxi Rodríguez a espaldas de Marín inquietaron a Orion. Una pared entre Riquelme y Blandi terminó con el toque a colocar del enganche que se fue lejos del arco de Guzmán. Poquito y el 0-0 conduce a los penales.

El segundo tiempo fue un minuto de furia y después el sufrimiento. Parecía que Newell’s salía a comerse crudo a su rival, pero Boca de a poco se acomodó en el campo y se adelantó para presionar la salida del local. Un tiro de esquina de Erviti desde la derecha encontró la frente de Blandi. Era gol, pero salvó Casco en la línea. A los 11, tiro de esquina desde la izquierda en los pies de Riquelme. Centro, saca Guzmán con los puños. Le queda de nuevo a Riquelme, un amague, y queda libre. Centro al segundo palo. Blandi, solo, pone la cabeza y la pelota se estrella en el palo. Increíble.

En la contra, Clemente Rodríguez cometió una falta táctica. Delfino lo amonestó y el lateral va a increparlo. Delfino no dudó y lo expulsó. El partido cambiaba segundo a segundo y después de la roja no cambió más.

Con diez hombres, Boca se aferró al empate. Bianchi decidió jugar sin delanteros: sacó a Blandi y puso a Nahuel Zárate y la visita pasó a jugar con dos líneas de cuatro y Riquelme. Boca aguantó y un Newell’s muy tibio fue en busca de un gol que nunca iba a llegar. Tuvo más de media hora el local para anotar el gol que le diera la clasificación, pero chocó con un Boca ordenado que hizo  llegar la definición a los penales.

Allí todo fue tensión, suspenso y nerviosismo para los hinchas. El equipo del Virrey no pudo esta vez sonreír por los remates desde los doce pasos. Así había festejado dos Libertadores, una Intercontinental y la histórica semifinal con River. Se patearon 26 penales. Erraron en Boca: Riquelme, Caruzzo, Zárate y el Burrito Martínez. Tras el remate que le contuvo Guzmán a este último, en una definición que por momentos pudo ser para uno o para otro, finalmente quedó para Newell´s cuando Maxi Rodriguez convirtió su penal para terminar la serie 10 – 9 en favor de su equipo para avanzar a semifinales del torneo continental.

Para Boca significó más que perder un partido. Newells hoy desbarató los argumentos de Bianchi de dejar de lado un torneo para dedicarse exclusivamente a otro. La Libertadores era la única ilusión para los xeneizes, que dejaron a un costado el Torneo Final local, con derrotas vergonzosas incluidas. A Bianchi le queda solamente la Copa Argentina, pero a su nombre y a Boca en este semestre le sabe a muy poco, casi a nada. Hoy el equipo de Martino le demostró que se pueden pelear los dos frentes principales: Newells es puntero en el torneo  argentino, semifinalista de la Copa Libertadores de América y también va por la Copa Argentina.