Carlos A. Guerrero

Con la llegada de las bajas temperaturas, la calefacción en los hogares ya se encuentra encendida, por lo que es fundamental seguir las recomendaciones de los especialistas para evitar accidentes por monóxido de carbono.

El monóxido de carbono es una amenaza invisible, un gas altamente tóxico y peligroso, incoloro e inodoro, que provoca intoxicaciones graves. Se genera como consecuencia de una mala combustión. Los combustibles fósiles como la madera, el carbón, el gasoil o el gas natural necesitan oxígeno para quemarse. Cuando la cantidad de oxígeno es insuficiente, se produce una combustión incompleta del combustible y se forma monóxido de carbono.

5 consejos útiles para prevenir accidentes con CO

1- VERIFICACIÓN ADECUADA. Verificar periódicamente, y luego de largos períodos sin uso, con gasistas matriculados el funcionamiento de los artefactos a gas, sus conductos de evacuación y las ventilaciones.

2- VENTILACIÓN. Mantener una ventilación permanente de los ambientes y verificar que no estén obstruidas las rejillas de ventilación. Asegurar que los conductos de evacuación de gases y chimeneas no estén obstruidos ni
desconectados.

3- USO CORRECTO. Utilizar cada artefacto para el fin con el que fue fabricado. Es un error común, y peligroso, usar el horno o las hornallas para calefaccionar ya que consumen mucho oxígeno del ambiente en poco tiempo y no fueron diseñadas para tal fin. Además, es importante mantener las hornallas de la cocina limpias de líquidos y alimentos porque eso obstruye los quemadores y genera una mala combustión.

4- IDENTIFICACIÓN DE LA LLAMA. Observar detenidamente el color de la llama, este siempre debe ser azul con los extremos transparentes. Una llama amarilla o anaranjada indica mal funcionamiento de los artefactos y la presencia del monóxido de carbono.

Los síntomas a tener en cuenta ante una intoxicación leve son las náuseas, vómitos, dolores de pecho, dolor de cabeza, debilidad, cansancio y tendencia al sueño, entre otros. Estos se asemejan a los malestares de una gripe o malestar estomacal.

Cuando hablamos de una intoxicación grave – producida en función del tiempo de exposición a este gas y de la concentración en el ambiente- puede ocasionar baja temperatura corporal, inconsciencia, respiración irregular, convulsiones, pulso lento y/o irregular, tensión arterial baja y hasta un paro respiratorio.

Ante una emergencia, en primer lugar, se debe dar aviso de inmediato al sistema de emergencias de la zona. Retirar a la persona intoxicada del ambiente contaminado, trasladándola a un área libre de gases tóxicos, preferentemente al aire libre. Mantener a la persona abrigada y recostada. Si la persona está inconsciente, tomarle el pulso y cerciorarse de que respire.