La inauguración del edificio de la Universidad en Lobería causó gran alegría por su significado en materia educativa y social, fundamental para el desarrollo del distrito. Además de ello, implicó la recuperación de un inmueble de inmejorable ubicación y valor histórico, respetando su fachada para combinar el pasado, cuando fue sede social de la Sociedad Cosmopolita, y los tiempos actuales.
El edificio histórico que vemos hoy con vida renovada se hallaba abandonado y en ruinas. En 2020, en plena pandemia, se logró llevar adelante una reunión en la que integrantes de la Sociedad Cosmopolita cedieron el edificio para que la obra de la Universidad pudiera iniciarse.

La sede de la Sociedad había sido proyectada por el arquitecto Roberto Cremona y la piedra fundamental colocada en 1907. Fue inaugurado originalmente en el año 1909, hace ya 116 años. Pero fue en 1901 que vecinos loberenses, inmigrantes llegados de varios lugares del mundo, se reunieron con un objetivo: estrechar vínculos de unión y socorrer al de al lado cuando lo necesite. Así, se fundó la primera comisión de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos, llamada “La Fraternidad”.
Durante mucho tiempo el lugar fue un espacio de reunión, cultura y esparcimiento. También funcionó como local gastronómico y sede del Partido Socialista.
En el año 2020, más de un siglo después, sus socios se reunieron en Asamblea y tomaron la decisión de ceder el edificio, pero con una condición: que se transformara en un nuevo lugar donde seguir
construyendo comunidad.
Hoy con la Universidad funcionando en este edificio, los loberenses pueden mirar hacia el futuro con el ejemplo del pasado y hacer del espíritu de solidaridad que le dio origen el motor para avanzar.
Se recuperó la estructura edilicia de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos y con ella su historia, sus valores y sus anhelos.
Durante años Lobería soñó con una Universidad pública, gratuita y de calidad. Este 6b de junio de 2025 se convirtió en realidad, hecha íntegramente por mano de obra local, desde el Arquitecto Jorge Hervé Sorhanet, que realizó el primer desarrollo de este edificio, siguiendo por los profesionales locales, Arq. Daniel Masón, Arq. Anahí Donofrio y Arq. Gisele Valenzuela, que lo materializaron junto a cada uno de los trabajadores loberenses que la hicieron posible y que pueden estar orgullosos de lo que lograron: «Tienen el centro universitario más lindo de la Provincia», dijo un funcionario provincial que recorrió las instlaciones, asombrado por la calidad edilicia y tecnológica que presenta el lugar.
Se trata de un edificio recuperado y signo del desarrollo local. Accesible para personas con movilidad reducida, con tecnología de punta que combina aulas híbridas y paneles solares que lo proveen de energía sostenible. Un lugar histórico, combinado con la modernidad de los tiempos actuales, donde muchos loberenses podrán sustentar su desarrollo personal y colectivo.