Carlos A. Guerrero

Gissela Solís Calle, la odontóloga desaparecida hace dos semanas, fue encontrada hoy asesinada y enterrada en cercanías del denominado Camino Negro, que une las localidades de Villa Elisa, en el partido de La Plata, y Punta Lara, en el distrito de Ensenada. El principal sospechoso es Casimiro Abel Campos, quien vivía en la localidad de Tamangueyú junto a su esposa e hijos y, a su vez, mantenía una relación con Gisella. Campos se suicidó cuando se vio cercado por la Policía.

«La quería encontrar viva, era mi ilusión. Este desgraciado mató a mi hermana. Quiero agradecerles a todos, me han acompañado en este proceso. Ayer puse en Facebook: ‘Necesito ayuda divina para encontrarla’. Y la encontré muerta», dijo Mariela, la hermana de la víctima, entre lágrimas.

«Estaba en un avanzado estado de descomposición, el olor se sentía a 200 metros», expresaron desde la Policía Bonaerense en relación al cuerpo, encontrado a 40 centímetros bajo tierra. Fue enterrado en un terreno aledaño a la Ruta Provincial N° 19, a sólo dos kilómetros de la Autopista Buenos Aires-La Plata.

«No dejamos un minuto de buscarla. El área de búsqueda era muy grande porque el investigado andaba por varias ciudades. Si bien era incierta, rápidamente se analizaron teléfonos por lugares en donde esta persona andaba con su camioneta o por donde vivía. Así llegamos a este lugar», declaró el jefe de la Policía Bonaerense, Fabián Perroni.

Perroni agregó: «Hubo muchos llamados al 911, todos fueron chequeados. Pero llegamos hasta aquí por el trabajo mencionado y las cámaras. El lugar va a quedar cerrado porque más allá de que encontramos el cuerpo, los rastrillajes seguirán para ver si hay otro elemento que debemos secuestrar y valorar. No podemos ventilar cómo murió Gissela».

«El caso va a estar esclarecido cuando sepamos la causal de la muerte y cuántas personas participaron de la muerte. No descarto que haya trabajado él solo o con la colaboración de otra persona», concluyó Perroni.

En principio, la odontóloga no presentaba golpes, ni heridas de arma blanca o de bala. Los investigadores creen que podría haber muerto asfixiada.

Fuentes del caso aseguraron que llegaron a la zona luego de reconstruir el camino que habría transitado la pareja de la mujer y principal sospechoso por la desaparición. Hay registros de cámaras de seguridad donde se observa su camioneta en la zona.

Los restos fueron encontrados cerca de un pequeño arroyo, a pocos metros de la bajada Villa Elisa de la Autopista Buenos Aires-La Plata, en el inicio de Camino Negro. La zona es conocida popularmente como «Selva Marginal».

Gissela Solís Calle tenía 47 años. El martes 15 de enero se contactó por última vez con su familia. Su pareja, Casimiro Abel Campos, se suicidó en la habitación de un hotel cuando la Policía lo estaba buscando. Antes, había sido citado por las autoridades judiciales para que aporte datos sobre el paradero de su pareja, pero nunca se presentó.

La familia de la odontóloga sospecha que la pareja mantuvo una fuerte discusión. Dicen que Gissela se había cansado de la «doble vida» de Casimiro Abel -estaba casado y tenía una familia en Lobería- y tenía previsto ponerle punto final a la relación.  A partir de ese momento, no lograron contactarse más con ella.

Cecilia Carmen Bonazza, esposa de Campos, declaró ante la fiscal que su marido estuvo con ella en Lobería los días posteriores a la desaparición de la odontóloga. Lo vio por última vez la mañana del domingo del suicidio. Antes de despedirse, el hombre le dio las claves de sus cuentas bancarias.

El cadáver estaba envuelto en sábanas, lo que representa un indicio importante para los investigadores. Es que en el allanamiento realizado en la casa de Gissela la Policía advirtió que alguien había retirado la ropa de cama. En la pesquisa también observaron que había dos copas servidas con vino, lo que motivó especulaciones sobre un posible cuadro de envenenamiento.