Carlos A. Guerrero

Nota enviada por Directores de Asociación de Clínicas y Sanatorios ADECRA CEDIM

La declaración de pandemia de infección aguda por coronavirus SARS Covid 19 y las medidas de contención masivas dictadas por el Poder Ejecutivo instalaron un fenómeno desconocido hasta ahora para los servicios de Salud, la asignación casi absoluta de recursos humanos y de infraestructura para afrontar una posible ola de enfermos, muchos de ellos graves.

La respuesta fue rápida y masiva en todos los subsectores que brindan servicios a la salud humana: público, seguridad social y privado.

El conjunto de Directores médicos de entidades privadas con y sin servicios de internación asociadas a ADECRA CEDIM fueron los responsables operativos de asignar los recursos, limitar el acceso a servicios que no revistieran urgencia o riesgo vital, y acordar con las autoridades ejecutivas de cada Centro la asignación de espacios y circuitos de pacientes en procura de destinar ambientes seguros de trabajo para el equipo de salud y de adecuado aislamiento y cuidados para los pacientes con criterio de sospecha o confirmación de Covid 19.

Gracias a la alta adherencia de la población a las medidas de aislamiento preventivo y límites a la circulación de personas se ha instalado un escenario diferente al previsto inicialmente: centros de salud con amplia disponibilidad para atención en Emergencias,

Internación y Terapia intensiva, con un bajo número de pacientes infectados. Hasta aquí un escenario deseable, pero en llamativo contraste con la marcada disminución de consultas, estudios diagnósticos e intervenciones terapéuticas para las enfermedades no transmisibles que ocasionan cada año el mayor número de muertes en el país: cardiovasculares, encefalovasculares y cáncer.

Un viejo dicho médico reza que “los pacientes tienen derecho a tener más de una enfermedad”.

La exitosa disminución de la incidencia de nuevos casos de Covid 19 ha generado a la vez un desafío para las instituciones de servicios de salud y la comunidad: la convivencia de la epidemia con las necesarias consultas y tratamientos por otras condiciones.

Un trabajo y relevamiento realizado por la Asociación indica que: por una combinación de factores se han instalado en nuestro medio y en gran parte de la población dos premisas falaces:

– Que el aislamiento social es incompatible con los controles y tratamientos médicos regulares y preventivos, a riesgo de desatender patologías graves.

– Que los hospitales y sanatorios son lugares con alto riesgo de contagio para los pacientes.

La primera no es sólo imputable a conductas colectivas de la población, o al bombardeo atemorizante de datos que ocupa gran parte de los contenidos de los medios de difusión masivos, sino también nos alcanza por la brutal rapidez con la cual desactivamos las estructuras operativas necesarias para contener la convivencia entre la epidemia y el resto de las enfermedades.

La importancia de los cuidados regulares y preventivos quedó señalada por Decisión del

Gabinete de Ministros 524/20, que exceptuó de los aislamientos obligatorios las necesidades de atención médica con turno, incluyendo las preventivas.

Están entonces en línea la recomendación médica de dar debida atención a la patología no infecciosa con las exclusiones de aislamiento preventivo dictadas por el Poder Ejecutivo Nacional. Falta solamente que haya una reacción de la población en riesgo a este llamado, ya que las instituciones están prontas para atenderla.

Algunos datos relevantes:
– Disminuyo un 60% la cantidad de angioplastias coronarias y cirugías de by pass
– Se realizan un 62% menos de internaciones por cuadros coronarios agudos
– El pronóstico de las enfermedades cardio y encefalovasculares, respiratorias y el cáncer es mucho peor si no hay diagnóstico e intervención precoz
– Hubo un 16% de descenso en los tratamientos de quimioterapia, que señala el riesgo de atrasos en el tratamiento